Avellanosa de Muñó se asienta en las tierras que desde la orilla izquierda del río Arlanza ascienden hacia los páramos de Villafruela y Torresandino. Es una villa antigua, mencionada ya en 1030, en el lejano monasterio se comunicaba a la razón con Castilla por voluntad del rey Sancho, el Mayor, y por la vía de Oña.

Por particulares razones, Avellanosa de Muñó aparece muy pronto administrativamente partida o compartida. Se distinguen en ella dos barrios: el de Santo Domingo de Silos y el del Duque. Este es una denominación moderna que alude a los duques de la inmediata villa de Lerma. El barrio silense pertenecía al alfoz de Muñó y el del Duque al alfoz de Lerma; en el primero se ejercía el régimen abadengo, en el segundo el señorial. Encontramos otro caso parecido a este en la provincia de Burgos; el de Temiño, también dividido en dos barrios, el uno perteneciente a Burgos y el otro a Briviesca. Esta es la razón por la cual, quizá, no aparezca Avellanosa en el libro famoso de las Behetrías, ya que también estaba divida en concepto de merindad, lo cual nos priva de una dato importante para conocer la vida de un pueblo.

En 1591, hallamos a este pueblo incluido en el grupo de Lerma y de sus barrios con un censo de 400 vecinos, unos 2.000 habitantes. En 1843 se le atribuye un censo de 79 habitantes, lugar con una escuelita a la que acuden doce niños. En 1950, contaba con 200 habitantes. La vida secular de Avellanosa ha transcurrido al ritmo de las estaciones sobre las beranas y sobre los viñedos. Ha ejercitado una vida agraria-ganadera en la paz y en el servicio, nunca regateado ni a Dios ni al Rey.